Tanto la terapia feminista como la no sexista son enfoques relativamente nuevos en el ámbito de la psicología y surgen de la necesidad de abordar las carencias producidas por las terapias tradicionales.
Diferencias entre terapia feminista y terapia no sexista
Ambos
tipos de terapia intentan facilitar la igualdad entre mujeres y hombres,
y permiten a los pacientes, determinar sus propios destinos sin la
construcción de estereotipos sexistas. Sin embargo, poseen rasgos
diferenciales en cuanto a la percepción social y por ende del enfoque
terapeutico a aplicar.
Tomándo los trabajos de las psicólogas
Gilbert (1980), Rawling y Carter (1977), la terapia Feminista incluye la
defensa de las posturas del movimiento de las mujeres cuyos supuestos
básicos son:
1. La categoría inferior de las mujeres se debe a
que tienen menos poder político y económico que los hombres. El análisis
del poder es fundamental para el pensamiento feminista y la teoría
feminista.
2. El origen primario de la patología de la mujer es social, no personal, externo, no interno.
3. La atención que se presta al estrés ambiental como origen
principal de las patología no se utiliza como vía de escape de la
responsabilidad individual.
4. La terapia feminista se opone a
la adaptación personal a las condiciones sociales; el objetivo es el
cambio social y político.
5. Se considera que la relación terapeuta-paciente es igualitaria.
6. Se estimula a las pacientes a que expresen su ira y se enfrenten a ella.
7. Las mujeres deben ser económica y psicológicamente autónomas.
8. Las relaciones de amistad, amor y matrimonio deben realizarse en la igualdad de poder personal.
9. Deben desaparecer las diferencias entre conductas "apropiadas" para cada género.
Por su parte, la terapia no sexista se fundamenta en los siguientes valores y supuestos (Rawling y Carter, 1977):
1. El terapeuta debe ser consciente de sus propios valores.
2. No existen las conductas prescritas propias de papeles asignados a los géneros.
3. No se considera patológica la inversión de los papeles asignados alos géneros.
4. No se considera que en la terapia el matrimonio constituya un objetivo mejor para una mujer que para un varón.
5. Se espera que las mujeres sean tan autónomas y asertivas como
los varones; y que éstos sean tan expresivos y cariñosos como las
mujeres.
6. Se rechazan las teorías de la conducta basadas en las diferencias anatómicas (por ejemplo Freud, Erikson...).